Conoce al equipo Etomascotas
Enric
Nacido en Mallorca, con 18 años recién cumplidos me mudé a Barcelona para cursar los estudios de medicina veterinaria en la Universidad Autónoma de Barcelona. Durante la carrera descubrí el mundo del comportamiento y bienestar animal, por el cual me fui interesando y apasionando progresivamente, llegando a realizar el trabajo de fin de grado con la ayuda y tutorización del servicio de etología de la universidad. Al graduarme en el 2018 tenía claro que mi futuro profesional estaba enfocado a la etología clínica.
Volví a Mallorca para cursar las prácticas en Etovets, centro de referencia en medicina del comportamiento, donde tuve la suerte de trabajar y seguir aprendiendo durante 4 años. Durante este tiempo también cursé el máster en etología de animales de compañía en la Universidad Autónoma de Barcelona, compaginándolo a su vez con la asistencia a diversos congresos nacionales e internacionales.
Tras esta etapa de aprendizaje y crecimiento, tanto profesional como personal, me siento con la preparación y motivación necesarias para empezar un nuevo proyecto como Etomascotas. Mi objetivo es hacerte sentir como en casa y, desde el trabajo y la confianza, acompañarte a ti y a tú mascota durante el proceso de obtención de vuestros objetivos.
Tengo la suerte de poder compaginar el trabajo con mis otras aficiones, como jugar al pádel o bailar. Aunque lo que más disfruto en este mundo, sin ninguna duda, es comer. No se me ocurre mejor plan que quedar a tomar algo con los amigos y acabar comiendo una buena hamburguesa.
Kalúa
Labradora nacida en agosto del 2021. Desde muy pequeñita ha sido la mejor compañera y ayudante posible en el trabajo. Empezó su andadura profesional siendo la perfecta cómplice de juego en la sesiones de socialización para cachorros, para más tarde iniciarse como figurante en sesiones para ayudar a otros perros con problemas de miedo o agresividad.
Es la auténtica alma de Etomascotas y, realmente, de todo lo que le rodea. Es pura tranquilidad mezclada con pinceladas de pequeña terremoto. Disfruta tanto de correr y jugar con otros perros, de ir a buscar la pelota, de recoger cualquier palo que se encuentre, como de echarse una buena siesta de varias horas. Pero, como buena labradora (y al igual que su “papá”), su auténtica pasión es la comida, dale un premio y seréis amigo para toda la vida. Aunque de por sí ya le gusta participar en las sesiones de trabajo, ya os podéis imaginar cual es su auténtica motivación para ser la mejor ayudante.